Por José Luis de la Calva
(LONDRES, Inglaterra).- Tras el fallecimiento de la reina Isabel II, el Castillo de Windsor, anunció algunos de los actos protocolares para darle el último adiós, ya que solo el Principe conoce de todos.
Informó que su descanso eterno será en la Capilla St George, del Castillo, palacio y residencia real situado en Windsor, en el condado de Berkshire, Reino Unido. Cerca de sus padres, de su príncipe Felipe y de su hermana Margarita.
«Sus restos yacerán en la Capilla del Rey Jorge VI, en el Castillo de Windsor, junto a su padre», se dio a conocer.
Inmediatamente se supo de su muerte, en toda Gran Bretaña se repitió la célebre e histórica frase «La reina ha muerto, viva el rey», y se colocó la bandera a media asta.
Igualmente la BBC y los canales de televisión británicos han ensayado varias veces la ceremonia del funeral.
El cuerpo de la reina será trasladado inicialmente a la sede del Parlamento escocés, el Palacio de Holyrood, donde se interrumpirá automáticamente todo tipo de actividad parlamentaria y se pone a disposición de los ciudadanos un libro de condolencias. Donde será custodiada por la Compañía Real de Arqueros, que adornarán sus sombreros con plumas de águila.
A seguidas será trasladado por la avenida Royal Mile en Edimburgo, el cadáver hasta la Catedral de St Giles, donde yacerá en la capilla ardiente y donde se celebrará un primer servicio.
Para el llamado D-Day+2 se contempla que el ataúd de la reina se traslade al Palacio de Buckingham, en Londres, desde Balmoral en tren, desde la estación de Waverley, lo que se ha llamado Operación Unicornio, el protocolo contemplado si la reina muere en Escocia.
Se dijo que la organización es la misma de cuando murió su padre en el año 1952, el rey George VI. El catafalco será custodiado por los miembros de la guardia funeraria haciendo tornar lentamente sus sables, la punta hacia el sol, con una ligera inclinación de cabeza en señal de duelo.
De acuerdo a este guión, el día D+3, el nuevo monarca británico se embarcará en una gira por todo el país, donde visitará Edimburgo, Belfast y Cardiff y asistirá a servicios en recuerdo de su madre.
Para el denominado D+5 (día 6 tras la muerte), el ataúd se trasladará a Westminster Hall, donde yacerá durante cuatro días hasta que llegue el momento de la procesión desde el palacio de Buckingham, que atravesará el Mall -el primer gran desfile militar de esta operación- pasará por las Guardas a Caballo (Horse Guards) y por el Cenotafio. Un recorrido similar al trazado por la procesión de la Reina Madre en 2002.
Antes de que llegue el amanecer del D+10 -el día de la celebración del funeral-, se extraerán las joyas reales del ataúd y se limpiarán, al tiempo que esa jornada será declarada festiva a nivel nacional, con los comercios y la Bolsa de Valores de Londres cerrados.
El día del funeral -D+10-, a las 9.00 de la mañana, el Big Ben se dejará oír para anunciar el funeral de estado por la reina en la Abadía de Westminster, que acogerá a 2.000 invitados.
Se espera que a las 11.00 horas el ataúd alcance las puertas del templo y que el país enmudezca en señal de respeto
La oficina del lord chambelán -situada dentro de palacio- será el centro de operaciones, trabajando sobre un plan orquestado por el teniente coronel Anthony Mather, retirado en 2014, una figura clave en el funeral de Churchill en la llamada Hope Not (operación Esperemos que no»).
Los primeros planes para los preparativos de la muerte de Isabel II se remontan a los años 60 aunque se han introducido modificaciones, con reuniones dos o tres veces por año entre varios departamentos del Gobierno, la policía, el Ejército, medios de comunicaciones y la asociación Royal Park. Con el único objetivo de que todo salga perfecto durante estos próximos diez días de actos solemnes.
Después del Adiós, llegará la coronación del príncipe Carlos III, quien esperó para llegar al trono de Windsor 70 años. Pero la reina ha hecho saber que esta ceremonia no es algo que ella le correspondiese organizar.
El príncipe Carlos coreografiará una ceremonia del siglo XXI y la gran interrogante será el rol de la religión. ¿Seguirá siendo el rey de la iglesia anglicana o el representante de todas las fe de un país multicultural? El otro es Harry y Meghan, que se vuelven príncipes automáticamente al ser él rey. ¿Qué hará con ellos?.
Con información de Agencia EFE
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